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¿Por qué dan problemas las muelas del juicio?

La boca atraviesa por muchos cambios a lo largo de la vida. Un acontecimiento importante que tiene lugar entre los 17 y 21 años es la aparición de los terceros molares o muelas del juicio.

Las muelas del juicio crecen al final de la encía y son las últimas piezas dentales en emerger. La mayoría de las personas tienen cuatro, dos en la parte superior y dos en la inferior, pero no siempre es así. Incluso hay personas que nunca les llegaron a salir y otras con una, dos o tres.

Cuando erupcionan, los otros 28 dientes de adulto suelen estar ya en su lugar, por lo que no siempre hay espacio suficiente para que las muelas del juicio crezcan adecuadamente, lo cual acarrea una serie de problemas que provoca que tengan que ser removidas.

¿Para qué sirven las muelas del juicio?

Para comprender la función de las muelas del juicio hay que remontarse hasta nuestros ancestros más remotos. Los hombres primitivos tenían tanto la mandíbula como la musculatura muy desarrollada, y el espacio que había en las dos arcadas era el adecuado para que existieran estas muelas.

Además, la alimentación consistía en ingerir plantas y carne cruda. En este contexto, las muelas del juicio servían para poder masticar alimentos más duros. Cuando la dieta cambió y comenzó a incluir carne cocida, se volvió más fácil masticar para nuestros antepasados y sus mandíbulas se fueron haciendo más pequeñas, por lo que estos molares fueron perdiendo su función.

¿Qué problemas pueden ocasionar las muelas del juicio?

Una muela del juicio problemática es aquella que está impactada o que no ha erupcionado correctamente. Lo común es que produzca dolor y se inflame. Cuando esto ocurre debe ser extraída lo antes posible, ya que puede generar distintos problemas que pueden llegar a ser graves como:

  1. Pericoronitis: es la infección de la encía que rodea al diente cuando este, en su proceso eruptivo, queda parcialmente cubierto por la encía.
  2. Infección ósea: que puede destruir el hueso alrededor de la muela del juicio, llegando a afectar a los dientes adyacentes. Esta infección puede propagarse hasta la mejilla o el cuello, ocasionando dolor en la muela, garganta y oído.
  3. Caries en los dientes vecinos: la zona en la que se encuentran las muelas del juicio es difícil de limpiar. Las caries en la zona más posterior del segundo molar avanzan rápidamente.
  4. Quistes foliculares: estos se forman con las células que se encargan de la formación del diente.

¿En qué consiste la extracción de las muelas del juicio?

El procedimiento de extracción de muelas del juicio dependerá de cuán profundamente impactadas.

La intervención la lleva a cabo un dentista con anestesia local. En ocasiones se puede utilizar sedación para dormir a la persona, dependiendo de la situación de la pieza que hay que sacar y del historial del paciente.

Una vez que la anestesia hace efecto, el dentista procede a ampliar el alvéolo (el área donde se encuentra la muela) con un instrumento llamado elevador o botador, después mueve la muela de lado a lado hasta que esté lo suficientemente floja para ser extraída por completo.

Sin embargo, si la muela es difícil de extraer, puede ser necesario realizar una incisión en la encía, partirla en varios trozos e incluso retirar un poco del hueso maxilar para llegar a la pieza, y después cerrar las heridas con puntos de sutura.

En la mayoría de los casos, la extracción de las muelas del juicio suelen tardar unos minutos, pero los casos más difíciles pueden llegar a demorar hasta una hora.

Tras la intervención es posible sufrir algunas complicaciones leves. Debido a la anestesia es posible sufrir náuseas, vómitos y entumecimiento pasajero de la boca. Bastante más habitual, aunque sí consecuencias, es la aparición de un hematoma en la mejilla en la misma zona donde se realizó el procedimiento.

¿Se tienen que extraer siempre las muelas del juicio?

Es posible que la extracción de las muelas del juicio no sea necesaria si presentan las siguientes características:

  • Están sanas.
  • Salieron por completo.
  • Tienen la posición adecuada y la mordida con la muela opuesta es correcta.
  • Se pueden limpiar como parte de la práctica de higiene diaria.

La importancia del examen oral y radiográfico

Lo primero que se debe hacer una vez que las muelas del juicio hayan emergido, es acudir con el dentista. A través de una exploración oral y una radiografía panorámica de la boca, el profesional dental sabrá el estado en que se encuentren las muelas, si están creciendo de forma correcta o si van a afectar a otras piezas dentales. Él es el mejor para aconsejarnos si debemos extraer o no las muelas del juicio.

Nota aclaratoria: la información proporcionada en este blog es de carácter informativo y no debe tomarse como medio de diagnóstico o tratamiento. 

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